Joan Costa clasifica al color en tres grupos, tomando en cuenta sus aptitudes principales: representación o realismo; emotividad o carisma; funcionalidad y codificación. Dicho esto, los colores pueden ser denotativos, connotativos y esquemáticos.
Está vinculado al mundo de la representación de lo real. Por lo tanto el color viene a ser un atributo de la forma realista. Dentro de esta categoría existen tres gradaciones o variantes: color icónico, saturado y fantasioso.
EL COLOR ICÓNICO: permite obtener la información real de los objetos de manera inmediata, corresponde al hecho empírico de que cada cosa tiene su color. Labbios rosados, vegetación verde, etc.
EL COLOR SATURADO: muy utilizado por los publicistas con el afán de persuadir, destacar y diferenciar el objeto. Los colores son más contrastados, más densos, más luminosos en la imagen que en la realidad.
EL COLOR FANTASIOSO: Utilizado en el arte surrealista, surge como consecuencia de manipular el color real. El color contradice la forma de la que el mismo depende. La forma permanece mientras que el color es alterado.
Está vinculado al mundo de las evocaciones psicológicas, de los valores. Trata de la interpretación psicológica que da un grupo humano a cada color al cual le atribuye algún valor empírico que va más allá de las imágenes.
El color connotativo tiene dos vertientes o dos variables, el color psicológico o el color simbólico.
EL COLOR PSICOLÓGICO: funciona de manera ambiental o de atmósfera, creando un clima que es asimilado por el individuo generándole una sensación determinada. Las diferentes expresiones que emanen del ambiente son el efecto del color.
EL COLOR SIMBÓLICO: a pesar de estar ligado a la psicología, el color simbólico ha evolucionado, llegando a constituirse como una codificación, un fenómeno culturalmente aceptado y por tanto exclusivo de grupos menores.
El significado está inmerso dentro de un parámetro determinado. Por eso el color esquemático funciona más por un condicionamiento que por la lectura psicológica de una sensación.
EL COLOR EMBLEMÁTICO: Un emblema o una insignia son reconocibles por su forma y su color. Del grado de recordación que se tenga de ese emblema, más fácil será identificarlo con solo ver el o los colores que lo conforman.
EL COLOR SEÑALÉTICO: Es mucho más específico y reducido a una función casi exclusiva de orientación o de condicionamiento
EL COLOR CONVENCIONAL: Es la utilización del impacto de los colores al mezclarse entre sí, aprovechándose de su mutua exaltación para destacar algo, generar un efecto de shock o simplemente un valor decorativo.
En las cuadras 2, 3, 4, 5 y 6 tiene que haber una publicidad exterior restringida y limitada pues son cuadras declaradas como Zonas Monumentales.
